OESSP 16/08/16. En el sótano de La Cabaña, ubicada dentro del Parque de la Exposición, en el Cercado de Lima, se encuentra el teatro de títeres Kusi Kusi, el más antiguo y reconocido por su excelente trabajo. Organizado y dirigido, desde 1963, por los esposos Vicky Morales y Gastón Aramayo. Ellos han viajado por diversos países aprendiendo, enseñando historias y leyendas peruanas a través de los títeres. Su labor ha sido dirigida principalmente a la comunidad infantil. Realizan talleres para niñas, niños y adultos. Sus funciones son todos los domingos a las 11:30 a.m.
Su paso en el mundo de los titíteres es uno de los más reconocidos en el Perú. En sus más de 50 años de trayectoria han ido enseñando y buscando un bien social, trabajando bajo un estilo de economía solidaria, en la medida que ofertan un servicio que no busca una ganancia desmedida o acosta de otros; sino más bien apuesta por un servicio social: La educación de niñas y niños. Han mostrado los valores y la realidad del Perú en cada una de sus presentaciones, a través de sus numerosos personakes de títeres, hechos por ellos mismos; y sus historias, algunas de creación propia y otras adaptadas a partir de cuentos, mitos, leyendas y tradiciones populares.
Actualmente, realizan temporadas de funciones dominicales y especiales para escolares, talleres para niñas y niños, así como capacitación en la técnica de construcción y animación de títeres. La difusión de sus presentaciones las realizan a través de la página de facebook de Kusi Kusi y algunas veces los colegios, que ya los conocen, los buscan. Ellos suelen recibir al público en su local, más no optan por llevar las funciones a otro lugar debido a la complejidad del montaje y desmontaje.
Kusi Kusi: Alegría, alegría
La historia de este reconocido grupo de teatro de títeres se inicia en los años 60, cuando los esposos Aramayo Morales, deciden unirse. Vicky, quien era docente de alumnos de secundaria y había estudiado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y Gastón, quien estaba de gira por el Perú con un grupo de titiriteros, toman la decisión de juntar sus esfuerzos para formar un grupo de teatro de títeres al cual pondrían un nombre que no sólo los identificaría, sino además mostraría las nociones de lo que era el Perú, por lo que lo denominaron: Kusi Kusi, que en quechua significa “alegría, alegría”. Kusi Kusi, además, pasó a ser el personaje principal de sus obras, que en sus inicios fue un títere pequeño hecho de guante.
Debido al interes de Vicky, la directora, por trabajar con niñas y niños, el grupo orienta desde sus inicios su labor artística a la comunidad infantil; sin embargo, es asumido por ellos como un espectáculo familiar debido a que, según afirma Gastón Aramayo, “está hecho tanto para los adultos como para los niños; para que de tal manera, ambos disfruten, se diviertan y luego el menor de edad salga con mensajes e interrogantes que le permita dialogar con el adulto que lo acompaña.”
“El teatro de títeres, por supuesto, es alegría. Si no hay alegría, no hay teatro de títeres; pero eso no quiere decir que se quede allí, debe estar comprometido con el medio con el que se esté desarrollando para plantear, no soluciones, porque nosotros no vamos a solucionar absolutamente nada, aunque lo que si podemos plantear son posibles alternativas. Alternativas de educación, alternativas de comunicación y alternativas fundamentalmente en los mensajes que nosotros vamos a escoger, dar al público, en el caso nuestro infantil”, agrega Gastón.
Llevando el mensaje del cooperativismo a las comunidades a través de los títeres
Al siguiente año de su conformación como grupo de titireteros con la finalidad de conocer, investigar y aprender sobre títeres, su labor artística los llevó a emprender un recorrido por distintos países de Latinoamérica, Europa y Asia, retornando a Lima en 1970, después de una permanencia de dos años y medio en Chile, y luego de que un amigo en común les ofreciera trabajar con la Oficina de Promoción y Difusión de Reforma Agraria, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado.
Durante los tres años que trabajaron en esa oficina recorrieron el Perú y llevaron sus presentaciones de títeres a las comunidades a fin de mostrarles la importancia del trabajo cooperativo y cómo se daba el dominio del patrón sobre los campesinos. El público al que se dirigieron durante este tiempo fue en su mayoría adultos en el caso de los andes y en la costa un público mixto. El pensamiento animista que caracteriza al público de los andes les habría ayudado a transmitir con mayor facilidad el mensaje que buscaban transmitir. “El campesino tiene un sentido animista, da vida, entonces eso es el teatro de títeres, dar vida”, afirma Gastón Aramayo. Esta experiencia les permitiría aprender a valorar el contacto directo con distintos públicos.
Kusi Kusi en La cabañita
Kusi Kusi ha trabajado en el Parque de la Exposición por más de 40 años, empezaron en La Cabañita, ubicada entre la Av. 28 de julio con la Av. Petit Thouars (donde hoy en día se encuentra una feria de artesanías). En este lugar montaron su primer local de teatro de títeres, estuvieron allí por años hasta que en 1998 el parque fue remodelado y ellos pasaron a instalarse en el sótano de La Cabaña.
Los inicios de su trabajo en este lugar se dieron gracias a su lucha constante por montar un teatro de títeres donde se realicen presentaciones, talleres e hicieran una labor permanente. El resultado de esta lucha terminó por interesarle a Eduardo Dibós Chappuis, el entonces alcalde de Lima; así que, trabajando con la Municipalidad Metropolitana de Lima lograron que les dieran el local de La Cabañita. Por otra parte, el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), durante el régimen del general Velasco, les proporcionó el apoyo de cuatro titiriteros brasileños del grupo Dadá.
Por la situación estable en la que se encontraban y ya que lo más importante para ellos era el mensaje que transmitían mediante los títeres a su público, las niñas y los niños, sólo cobraban un sol por las presentaciones y los talleres eran casi gratuitos, puesto que únicamente costeaban los materiales. “Porque nosotros siempre hemos considerado que estamos haciendo un servicio social, que sí, éramos profesionales y teníamos que vivir de eso; pero nosotros hacíamos que la gente compre materiales para que aprenda a valorar este arte”, aclara Gastón Aramayo.
Esto duraría solo tres años, hasta que se quedaron sin subvención; por lo que, empezaron a cobrar cuatro soles y a los escolares tres soles. Hoy en día ellos cobran siete soles a los niños y a los adultos diez soles; sin embargo, debido a que las presentaciones se realizan tan sólo los fines de semana y dependen de la cantidad del público, Gastón Aramayo afirma que es difícil vivir con eso, a pesar que desde la gestión de la exalcaldesa de Lima, Susana Villaran, dejaron de pagar el local donde se encuentran.
Reconocimiento a la excelencia al trabajo, la persistencia y el esfuerzo
Los años 80 y 90 fueron para ellos los más difíciles, en realidad para todo el Parque de la Exposición debido a que fue descuidado y cayó en un severo deterioro que también los afectó, perjudicando el entorno de La Cabañita ya que la prostitución, la delincuencia y la drogadicción empezaron a apoderarse del lugar; a pesar de ello, debido a la persistencia y la cogida del público lograrían seguir adelante en esas condiciones por más de 20 años.
En 2008, el Centro Cultural Peruano Japonés, les organizó un merecido homenaje por sus 45 años. En 2010, Vicky Morales recibe el premio Mariona Masgrau, otorgado a mujeres titiriteras por el Centro de Documentación del Arte de los títeres de Bilbao y un año después el premio Gorgorito por Unima-Madrid, ambos en España. Los reconocimientos también llegaron de parte del Ministerio de Cultura en el 2012.
Además Kusi Kusi recibe un reconocimiento a la excelencia de su trabajo, su persistencia y esfuerzo, por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima, institución que los homenajea por sus 50 años en el 2013. “Aunque lo que nos gusta más es el reconocimiento del público, que la gente venga”, aclara Gastón Aramayo.
La lucha por los que vienen
Kusi Kusi, en el largo camino que ha tenido como grupo de teatro de títeres, ha compartido su labor con muchos jóvenes bajo un trabajo cooperativo. Algunos tiempo después partieron abriendo su propio camino y buscando continuar con los títeres o dedicándose a otras actividades.
Ahora, haciendo un alto en el camino, los planes a largo plazo de los esposos Aramayo Morales no han concluido, “la lucha diaria por sobrevivir es grande ahora, porque económicamente hay veces que tienes y otras que no tienes, de acuerdo a que venga el público o no”, explica Gastón Aramayo. A pesar de las limitaciones, agrega que uno de los proyectos que están tratando de realizar hoy es construir un teatro; pero ya no para ellos, si no para los titireteros peruanos “al igual que el teatro por el cual hemos peleado casi 50 años, ahora necesitamos un teatro para todos los titiriteros del Perú, al final cuando no estemos este debe de quedar para ellos”.
“Ahora la lucha no es para nosotros es por los que vienen porque ya hay muchos grupos de chicos jóvenes que están interesados” aclara Gastón.
Kusi Kusi es hoy en día el grupo más importante de la historia del teatro de títeres del Perú, referente indispensable del arte y del teatro de títeres latinoamericano, algo que ha logrado a lo largo de sus más de 50 años en una lucha constante y permanente.
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