OESSP 10/06/18. Escribe: Jannet Alcantara. La Canasta: Allin mikuy ayllu que significa “La Comunidad del buen comer”, es un grupo de amigas yamigos que ya llevan 5 años organizándose con la finalidad de comer sano, conseguir los productos a un precio justo y entablar lazos más profundos entre productores y consumidores.
La primera canasta se llevó a cabo el 23 de febrero del 2013. Es decir tiene cumplido un poco más de cinco años como experiencia. La primera canasta se logró después de un arduo trabajo, como el mapeo de productores, la definición de qué productos entrarían en la canasta que se iba a ofrecer, el trabajo logístico que hay detrás, como el trasporte de los productos y el generar contacto con los consumidores. La acogida de esta iniciativa fue bastante positiva llegando a incidir en medios como La Mula y el diario El Comercio.
La dinámica que se desenvuelve tiene un sustento en la economía solidaria, como bien lo menciona Luna, integrante de La Canasta: “La Canasta inicio con la conspiración para hacer una iniciativa de economía solidaria que generara una corresponsabilidad por parte de los consumidores, más consiente y que se rompiera con la lógica del intermediario mercantil. Además que se generara un proyecto colectivo, comunitario”.
En la actualidad, se lleva el armado de canastas de manera estacional y los quince miembros activos que posee se organizan de manera horizontal, a partir de cinco círculos. Los círculos que se han formado dentro de La Canasta son: Circulo Banco, Huertos, Educación, Tienda y Canasta. Cada una de ellas, como bien lo menciona Luna, se articulan: “La proyección en los círculos se trata de cómo realmente buscamos maneras de concretar el cómo queremos vivir en términos de sostenibilidad económica, de con que nos queremos alimentar, de cómo podemos difundir esta idea en el proceso educativo, de cómo somos coherentes también sembrando la tierra y teniendo una relación más directa, de cómo realmente estamos alimentando las relaciones con los productores de manera más concreta; y todos los círculos hacen parte, articulándose y ampliando las diferentes facetas que ya hemos venido haciendo antes pero organizándolo de otra manera”.
La Canasta más que una organización, para sus miembros, es una forma de vida, de cómo se concibe esta y un proyecto permanente que les brinda aprendizajes y les permite compartir en comunidad.