La Economía Solidaria en América Latina y El Caribe

Sábado, Octubre 17, 2015
 

La Economía Solidaria en América Latina y El Caribe

Desde distintos ángulos, la Iglesia Católica, en su dimensión social, viene participando en el proceso del movimiento que procura proponer “otra economía” en América Latina.

En casi todos los países de la Región hay convocatorias para la elaboración de esta economia alternativa. Aunque partiendo de diferentes perspectivas teológicas, todas tienen en común matrices de origen cristiano. Por un lado se afirma el valor de la solidaridad; por otro, la opción preferencial por los pobres. Se reflexiona sobre las estructuras opresoras de la sociedad y, al mismo tiempo, dependientes de intereses internacionales.

Las Pastorales Sociales/Cáritas se ocupan de la Economía Solidaria de diversas maneras. Pero acentúan siempre el abandono de las prácticas asistencialistas a excluidos/as en favor de metodologías de educación popular y procesos emancipatorios de crecimiento personal y comunitario. Se procura, en efecto, promover la organización y la autonomia, de forma tal que los distintos grupos puedan alcanzar el reconocimiento de sus derechos ciudadanos, articulándose también para ello con los movimientos sociales que defienden dichos derechos.

Este paso desde el asistencialismo dependiente al protagonismo libre y creativo ha sido posible, en varios países, gracias al movimiento de las comunidades eclesiales de base. Uniendo la mística cristiana de liberación con el empeño de construir vínculos comunitários y fraternos han logrado verdaderas y exitosas prácticas de organización comunitária.

En el camino, dichas prácticas, a su vez, fueron configurando procesos de construcción de Economía Solidaria y otros modelos de desarrollo. Algunos ejemplos de estas prácticas son: los Fondos Rotativos Solidarios, el Microcrédito solidario, las Cooperativas, las Ferias y centros de comercialización, la Agricultura Familiar, los asentamientos de Reforma Agraria, la promoción de la Artesanía, Seguridad Alimentaria, el Desarrollo comunitario, los Movimientos de Trabajadores de la Calle (colectores y recicladores). A ellas hay que sumarles otras diferentes actividades de apoyo a personas socialmente excluidas del mundo laboral asalariado. 

Tales prácticas buscan, en cada país, formas de articularse, sea con las mismas Pastorales Sociales/Cáritas, sea con redes de organizaciones y emprendimientos, desembocando así en procesos organizativos del movimiento y en plataformas de lucha en favor del derecho a su reconocimiento: otra economía existe ya, pero todavía no debidamente reconocida.

El Foro Social Mundial de 2009, en Belém, Brasil, en coordinación con el SELACC, promovió un evento sobre el Desarrollo Sustentable y Solidario en América Latina y el Caribe. Participaron en él representantes de doce países. Entre las conclusiones de este evento se destaca la importancia de fortalecer las redes nacionales y sus mutuos intercambios, teniendo como referencia para ello la RIPESS (Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria). Otra conclusión relevante fue la de fortalecer en el subcontinente los espacios de confluencia como, por ejemplo, el de la Feria de Santa Maria, Brasil.

Nuestra última asamblea latinoamericana y caribeña (Argentina, octubre 2010) reafirmó la prioridad del DHIS (Desarrollo Humano Integral Solidario) y de la economia solidaria como eje de trabajo en las Pastorales sociales - Cáritas, teniendo al SELACC como organismo animador de este proceso. Las orientaciones del documento de Aparecida para lograr una América Latina y un Caribe justos y solidarios nos señalan el rumbo y nos animan en la misión evangelizadora que incluye el rescatar y fortalecer el principio de solidaridad que, desde el mismo nacimiento de la Iglesia, prevalecía en las primeras comunidades cristianas: “todo era común entre ellos” ... “ninguno padecia necesidad” (Cfr Hech 4, 32.34). Junto con la solidaridad, los principios del Don y de la Reciprocidad, tan claramente expuestos por el Santo Padre Benedicto XVI en su Encíclica “Caritas in Veritate”, reaparecen hoy como valores fundamentales en el proyecto de esta economía alternativa, la Economía Solidaria.


Nuestro Consejo Social