Centro de Arte y Cultura “Circo Volador”

OESSP 23/03/20. Escribe Lorena Mendoza. El Centro de Arte y Cultura “El Circo Volador”, es una asociación cultural, ubicada en Calzada de la Viga, número 146, Colonia Jamaica, en la Delegación Venustiano Carranza, en la zona centro oriente de la Ciudad de México.

“El Circo Volador”, como es coloquialmente conocido, fue gestado desde una iniciativa de la sociedad civil, liderada por Héctor Castillo Berthier, doctor en Sociología y profesor investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como parte de un largo proceso donde fueron implementados varios proyectos de investigación, con una orientación aplicada, dedicados a indagar sobre las formas de agrupación y acción juvenil, medios y efectos, así como profesionalización del trabajo de la juventud popular, realizados entre 1988 y 1997.

Durante estos años, las bandas juveniles, la delincuencia y las persecuciones policiales formaban parte de la cotidianidad de la mayoría de las y los jóvenes de Ciudad de México. Por lo que, la cultura musical fue una estrategia clave para acercarse a ellas y ellos, la cual fue incorporada en 1993, desde las investigaciones desenvueltas por Castillo Berthier desde la UNAM. La forma fue la creación y difusión de un programa musical, en la estación de radio Estéreo joven (actualmente Reactor 105.7 FM), a cargo del Instituto Mexicano de la Radio, dirigido a jóvenes rockeros o chavos banda. El programa radiofónico: “Solo para bandas”, logró contactar con más de 1500 bandas, lo que permitió construir la primera base de datos sobre esta forma de agrupación juvenil, convirtiéndose además en un canal de diálogo y expresión de las mismas. 

Estas actividades de investigación dan un giro importante al recibir el apoyo del entonces Gobierno del Distrito Federal, durante la gestión del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, al otorgar en comodato, a comienzos de 1995, el inmueble y las instalaciones de lo que hasta ese momento había sido el cine Francisco Villa.

La restauración y recreación de las instalaciones del cine Francisco Villa duraron tres años y medio de esfuerzo colectivo, desplegado sobre todo por jóvenes involucrados en esta iniciativa. Paralelamente, eran desenvueltos talleres itinerantes de arte y cultura con la comunidad, muchas veces no muy bien recibidos, donde era común escuchar la frase: “Llévense su circo a volar a otra parte”. Fue entonces, sumado a los particulares apodos de animales usados por los jóvenes, que ellos mismos deciden ponerle un nombre al centro de arte y cultura que estaban creando: “El Circo Volador”.

En 2004, se creó la página web www.grafittiarte.org con más de 400 fotografías en la red. Proyecto que recibió un premio de la página francesa Amelatine, como la mejor de América Latina. Ese mismo año, el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT), le otorgó también un reconocimiento por ser una de las mejores prácticas sociales del mundo. Su diseño metodológico y el impacto que logró tener en las comunidades más precarias fueron claves, así como su capacidad de replica, lo que permitió además que su experiencia fuera conocida en diversos países.

Esto también motivó la creación de la Unidad de Estudios sobre la Juventud en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Unidad que tiene como objetivo el establecimiento de modelos de intervención con jóvenes en situación de violencia, por ello, comenzaron a diseñar herramientas metodológicas propias del tema.

El 2006, empezó a operar el estudio de grabación Circo Volador, el cual brindó apoyo a 25 bandas en forma gratuita y mantiene su actividad hasta la fecha.

Dos años después, fueron organizados los festivales: Culto Joven, donde son invitados jóvenes a participar en concursos artísticos, actividades de recreación, tianguis (del náhuatl tiyānquiztli “mercado”) culturales, pintado de murales comunitarios y talleres productivos; pero también a repensar y resignificar la identidad ciudadana, pues fueron articuladas a la celebración del Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana.

En 2013, se empezó a trabajar con la Secretaría de Gobernación, Subsecretaría de prevención a la Violencia y Delincuencia y con la UNAM en prevención de la violencia en la educación media superior.

El 2015, fue iniciada la producción de una cerveza artesanal con la marca: “Circo Volador”, idea que nace en uno de los talleres dictados ese año.

En estos más de 30 años de actividad el Circo Volador ha impartido 105 talleres gratuitos de capacitación: dibujo, pintura, danza contemporánea, teatro, fotografía, capoeira, danza aérea, serigrafía, diseño gráfico básico, asistente de negocios en Microsoft (Word, Excel y PowerPoint), reparación de computadoras, diseño y creación de páginas web, inglés, francés, guitarra, iluminación y sonido, elaboración de velas, alebrijes, joyería artesanal, lectura y redacción, escultura, creación de cómics, fotografía estenopeica, audio para músicos, entre otros.

El Circo Volador asume un compromiso con las y los jóvenes excluidos socialmente y la desterritorialización de la violencia. Esta experiencia es una apuesta de investigación aplicada que trabaja con las oportunidades y potencialidades de los jóvenes y no con sus problemas, invocándolos así a la organización colectiva, el diálogo, al aprendizaje, la participación, la reinserción social y la crítica al discurso perverso y adultocéntrico construido sobre las y los jóvenes del mundo de hoy.


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