Cooperativa de Servicios Especiales Mercado El Ermitaño

OESSP 8/8/17. Escribe: Huber Alvarado. El Mercado El Ermitaño es una cooperativa fundada el 9 de setiembre de 1965, en el pujante distrito de Independencia, al norte de la ciudad de Lima. Durante sus primeros tres años funcionó como asociación y con un aproximado de 30 socias y socios. La cooperativa tiene actualmente 310. Además 250 ambulantes registrados o pequeños y pequeñas comerciantes arrendatarios (pagan alquiler por comerciar en el mercado). Aparte de ambulantes callejeros y tiendas en los alrededores para desenvolver actividades en su entorno. Constituye, en este sentido, una de las aglomeraciones de pequeñas y pequeños comerciantes más importantes de Lima norte.

Posee una estructura orgánica de tres estamentos (el cuerpo directivo, el consejo de administración y la asamblea general de socios), tiene de 6 a 7 asambleas extraordinarias anuales y una adicional para el consejo directivo.

El mercado esta ubicado en una propiedad de 8.000 mts², la asamblea general de socios es la máxima autoridad dentro de la cooperativa, las decisiones sobre la propiedad tienen que llevarse a votación y ser aprobados por la mayoría, ellos están divididos en los nueve rubros que aplica la cooperativa y no están considerados los ambulantes por tener categoría de inquilinos.

Luego, por debajo de la asamblea general, se encuentra el gerente del consejo directivo, el cual es una persona particular y que recibe un sueldo por parte de la cooperativa. El gerente también tiene el cargo de presidente del consejo de administración, además de ser escogido de manera democrática por las y los socios.

Además del gerente, la cooperativa posee un consejo de administración, órgano responsable del funcionamiento de la cooperativa; un consejo de vigilancia, órgano fiscalizador; un comité de educación, que asume las labores de formación y capacitación de las y los socios; y un comité electoral, que regula la elección de autoridades. Todas estas instancias están normadas por la Ley General de Cooperativas.

Además a los dos comités mencionados, la cooperativa ha formado dos comités adicionales: El comité de prevención social, este fue creado como apoyo interno para aquellos socios y socias que no tienen seguro, se encarga de velar por las y los socios en caso de enfermedad, daño o muerte.

Así como un comité de pro-construcción, que tiene un representante por cada uno de los nueve rubros que posee el mercado (lencería, abarrotes, pollos, verduras, comida, embutidos, golosinas, jugos y carne), se encarga de formar los acuerdos para la ampliación del mercado que es también exigencia de la Municipalidad Distrital de Independencia, por ser un local con más de 50 años de existencia.

El proyecto de ampliación es hacer 310 puestos y unos 500 módulos para poner en alquiler, este tiene una duración de entre uno a dos años y medio. Existen dos propuestas: La primera, es reubicar un 40% de las y los comerciantes hacia una localidad diferente mientras se realiza la construcción y mientras se va avanzando se realiza la reubicación; y la segunda, es reubicar todo el mercado con apoyo de la municipalidad para que puedan hacer la construcción de forma completa.

La cooperativa posee vínculos externos con la municipalidad, los ambulantes callejeros, el transporte y los clientes.

La municipalidad ha tenido un papel vinculante dentro de la proyección y dinámica actual de las y los ambulantes ubicados en el entorno de la cooperativa, por la regulación que ejerce de sus actividades y el control del ordenamiento urbano. Su debilidad institucional y la corrupción le han impedido, desde hace varias décadas, ejercer su autoridad y regular su presencia.

Las y los ambulantes registrados y callejeros no tienen ningún tipo de representación dentro de la cooperativa, las y los primeros tienen la categoría de inquilinos, pagando un tributo diario por comercializar dentro de la propiedad. En cambio las y los callejeros han producido en varios momentos problemas a la cooperativa por la producción de residuos sólidos y suciedad generada por sus actividades comerciales, las cuales afectan a las y los vecinos del entorno, pero son una alternativa de compra para las y los clientes.

Aparte está el tema del transporte, existen dos tipos de servicios: Los mototaxis y los colectivos. El primero de estos es el más caótico, se maneja por dentro de las avenidas llenas de ambulantes callejeros y no permite el tránsito de las y los peatones que comparten la pista con los mototaxis para poder circular y llegar a la cooperativa. El segundo, los colectivos, están en la avenida principal, la cual usan como estacionamiento y aumentan la congestión vehicular de la única salida de la zona. Ante este problema la municipalidad optó por rodear parte del mercado con una reja, para evitar que esto siga sucediendo; pero esta medida no tuvo los resultados esperados y los colectivos optaron por pararse una cuadra antes de la cooperativa para recoger pasajeros, aunque logró controlar un poco la desmedida aglomeración de transporte en la zona, es evidente que el desorden vehicular continúa.

Las y los clientes, tal vez son el principal sector a considerar para explicar la ingente demanda comercial atendida por la cooperativa. Es innegable que su presencia la convierte en un punto importante de abastecimiento de Lima norte. Algunos socios entrevistados de la cooperativa indican que las ventas han bajado relativamente, comparadas con años anteriores, sobre todo porque antes al haber menos competencia lograban vender más. Sin embargo, en general la dinámica comercial de la cooperativa y su entorno se mantiene.

En conclusión, la Cooperativa de Servicios Especiales Mercado El Ermitaño exhibe una dinámica económico social y solidaria compleja, porque institucionalmente es una cooperativa; pero que esta articulada a una intensa dinámica de mercado. Por su ubicación, además, ha producido el aumento desordenado de ambulantes o pequeños comerciantes callejeros en su entorno, así como la mejora de la economía local y ha dado oportunidades a vecinos y vecinas residentes del lugar de generar ingresos y acceder a servicios; pero el aumento tan grande del número de socias y socios que ha tenido generó dificultades para la toma de decisiones democráticas.

Su proyecto de ampliación permitiría el desenvolvimiento de la cooperativa hacia una nueva etapa, donde el desorden mediante el que fue constituida durante la toma de tierras, sea cambiado por otra donde la idea de progreso y competencia están claramente presentes. Por lo tanto, la cooperativa no busca una alternativa a la dinámica económica social capitalista sino simplemente adaptarse en las mejores condiciones, competir y coexistir con ella.

 


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